El talante de la verdad, la escucha, la paciencia, la moderación, la tranquilidad y la humildad se tiene que abrir paso en nosotros para poder llevar a cabo la idea.
Hay que meterse en el problema de nuestros conciudadanos más afectados por la llamada "crisis".
Se nos prometía un crecimiento hacía el infinito y más allá, pero se veía y se aprecia que nó. Ahora después de la consejera mentira solo queda la deuda y la desesperanza.
Creo que hay que cambiar el enfoque y empezar a prescindir de esta mentalidad, a la que nos siguen impulsando, de tantísimo consumo innecesario que pronto estará "demodé". Bailemos pues bajo la lluvia, que algún día de sol hay.
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