jueves, 3 de febrero de 2011

EL DESFASE DE LA PARTITOCRACIA.

Verdaderamente lo que necesitan los ciudadanos es administración. Las libertades públicas en países como España están “consolidadas”. Tal es así que la democracia puede alcanzar su máxima dimensión cuando el ejercicio del poder pueda ser practicado por el máximo número de ciudadanos con un mínimo de memoria, consciencia y voluntad responsable.

Hay que correr el riesgo de ejercitarla valiéndose de los medios de comunicación más avanzados “Internet”; prodigio de los tiempos actuales que descalifica los sistemas de representación partitocratica.
 Si levantara la cabeza alguno de los pensadores griegos como por ejemplo Platón; quedaría gratamente impresionado de las posibilidades de este sistema por la alta cota de gobierno que podría alcanzar el ciudadano más próximo a la primitiva concepción “democratos”; poder del pueblo, es decir de todos y cada uno de los ciudadanos. La posibilidad de poder ejercer directamente y en un mayor porcentaje el control sobre las decisiones políticas de administración y demás gobierno.

Ya que lo que el ciudadano quiere es ser bien administrado y más difusión, participación con mayor transparencia de lo que realmente interesa hoy: la política no tiene otro remedio que ser cada vez más social, venga de los obsoletos términos de derecha o izquierda. Ya que en realidad hoy las diferencias están mas en las cotas en lo que se refiere al respeto de la vida, de la que somos acérrimos defensores, y aspectos mas liberales o libertinos sobre la sexualidad y las relaciones humanas; posiciones sobre estos aspectos de la que no puede tener patente de propiedad, ni exclusiva ningún partido; que al final terminan por consorciarse los unos con los  otros  con un pensamiento diametralmente opuesto a su programa inicial   con el fin de  poder mantenerse en  el poder que hoy mueve grandes presupuestos, aparte de ser el abrevadero habitual de su existencia, como clase consolidada.
Es más interesante formar otros equipos de gobierno de personas con nombre y apellidos que se unan en la dirección de un mejor gobierno; la oposición crítica la hacen los medios de comunicación y la ciudadanía si se la dota de un mayor poder.
No se trata de hacerse con el poder para manejar las masas. Si no de hacer participar a las masas, es decir darles facilidades para que sean directos protagonistas.

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